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Trágame tierra y escúpeme en el paraíso.

Está es la historia de María, una mujer exitosa y extremadamente trabajadora.
Pero tiene un día de mierda, su despertador no sonó, es un día muy helado y su calentador se fundió , su jefe la regaña como nunca antes y su computador no funciona.
De regreso a casa, aburrida por todo lo que le había pasado en el día de mierda, solo pensaba en llegar a dormir para que todo acabara pronto.
Llegando a casa murmuró:  “Ojalá hoy me tragara la tierra”, en ese momento la tierra se abre y se la traga.

Corte 

Vemos el resplandor del sol chocando contra la arena aún húmeda, parpadean sus ojos, y el rose del viento estremece las palmas, al mirar sus pies, ve como un perro encantador le lame los dedos. De repente se da cuenta que su día de mierda terminó en el lugar donde siempre quiso estar.

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Vaivén

Irreverente, insaciable, impredecible. Algunos días se levanta azul, otros cristalino, y a veces se hace el verdoso. Baila al ritmo del viento, mientras le saca espuma a la costa. Y cuando el sol se arropa con él,  la luna sale para brillar ante su grandeza.

Me acostumbré

Me acostumbré a levantarme en las mañanas y saber que estás a mi lado, me acostumbré al olor que dejas en mis almohadas, me acostumbré a tener en las mañanas alguien a quien darle los buenos días, me acostumbré a sentir la necesidad de quererte, me acostumbré a suspirar sin darme cuenta. Decían que se necesitaba 21 días para adquirir un hábito, pero nunca me dijeron que en 21 días uno podía acostumbrarse a querer tanto a alguien.

Si no lo hago yo, ¿Quién?

    Como seres racionales, es cierto que todos tenemos responsabilidades incluso desde que nacemos, tenemos la responsabilidad de comunicarnos así sea por medio de un gesto o un lloriqueo para lograr lo que necesitamos. Vamos evolucionando y creciendo y a medida de los años se van creando responsabilidades en diferentes ámbitos; amoroso, familiar, escolar. Pero siempre hay exigencias de por medio. Están las personas que asumen sus compromiso sus responsabilidades y hasta “Se ponen las 10” para asumir las ajenas, esto se ve mucho en los temas académicos y laborales.   Ahí es dónde entra “si no lo hago yo, entonces ¿quién? Otra persona se puede encargar de hacer lo que usted tenía que hacer, pero ¿qué pasa? el aprendizaje y la experiencia queda para esa persona. Si no hace las cosas en el momento adecuado, puede que después sea demasiado tarde y en estos tiempos, cada segundo vale oro. Estamos en un mundo donde la competencia laboral...