El día me alivia
La tarde me alerta
La noche me angustia.
El mundo me atrae
El país me secunda
La ciudad me adopta.
El sol me ilumina
El calor me sofoca
La luz me guía.
El enemigo me hace fuerte
Los amigos me asustan
El amor me desvela.
El clima me penetra
La lluvia me arrulla
La lluvia me arrulla
El frío me aviva.
El cigarrillo me tranquiliza
El alcohol me integra
Las drogas me aíslan.
La ansiedad me mata
El deseo me enciende
La desilusión me anima.
La amistad me reconforta
El amor me desarma
El sexo me recarga.
La risa me da vida
Una lágrima me conmueve
La caída me revela.
El punto me inicia
La línea me lleva
La coma me pausa.
El segundo me dispersa
El minuto me presiona
La hora me acecha.
Mi cerebro ordena
Mi cuerpo ejecuta
Mi corazón acelera.
La alegría me acompaña,
La tristeza me persigue,
La muerte me espera.
Está bonito, aunque para mi gusto como lector hay algunas cosas que son muy obvias. Pero puedo asegurar que sé es que si sigues así, pronto encontrarás una forma de escribir que te haga única y que te lleve a escribir obviedades con magia.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Eliminar