En 1987, Alexander Hamilton colgaba lleno de babas de la boca de Flipi, hasta que se lo entregó a su amo, quien llevaba 593 días sin ducharse y eso se deducía por su olor.
En 1988, fue visto en la Avenida Balboa. Entre charcos y basura fue rescatado por Emilio, un reciclador de mal gusto que con frecuencia sufría de gastroenteritis debido a que compartía su comida boca a boca con su gato.
Tiempo después, se le vio sin una ceja y sin la mitad de su cabello en compañía de Jorge, un pocero que pasaba 12 horas al día de caño en caño.
El destino de Alex nunca mejoró, dicen que lo han visto de mano en mano y hasta ha pasado por el sudor de antros clandestinos.
En un billete de 10 dólares hay tantas historias como bacterias.
En 1988, fue visto en la Avenida Balboa. Entre charcos y basura fue rescatado por Emilio, un reciclador de mal gusto que con frecuencia sufría de gastroenteritis debido a que compartía su comida boca a boca con su gato.
Tiempo después, se le vio sin una ceja y sin la mitad de su cabello en compañía de Jorge, un pocero que pasaba 12 horas al día de caño en caño.
El destino de Alex nunca mejoró, dicen que lo han visto de mano en mano y hasta ha pasado por el sudor de antros clandestinos.
En un billete de 10 dólares hay tantas historias como bacterias.
Comentarios
Publicar un comentario