Ir al contenido principal

La verdadera historia de Alexander Hamilton

En 1987, Alexander Hamilton colgaba lleno de babas de la boca de Flipi, hasta que se lo entregó a su amo, quien llevaba 593 días sin ducharse y eso se deducía por su olor.

En 1988, fue visto en la Avenida Balboa. Entre charcos y basura fue rescatado por Emilio, un reciclador de mal gusto que con frecuencia sufría de gastroenteritis debido a que compartía su comida boca a boca con su gato.

Tiempo después, se le vio sin una ceja y sin la mitad de su cabello en compañía de Jorge, un pocero que pasaba 12 horas al día de caño en caño.

El destino de Alex nunca mejoró, dicen que lo han visto de mano en mano y hasta ha pasado por el sudor de antros clandestinos.

En un billete de 10 dólares hay tantas historias como bacterias.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Vaivén

Irreverente, insaciable, impredecible. Algunos días se levanta azul, otros cristalino, y a veces se hace el verdoso. Baila al ritmo del viento, mientras le saca espuma a la costa. Y cuando el sol se arropa con él,  la luna sale para brillar ante su grandeza.

Suspiro

Respiro, suspiro y me alivio, esto solo dura unas cuantas horas. Me ilusiono con que al levantarme todo haya pasado. Pero él siempre ha estado ahí, invisible, intocable y a la espera.

Éramos, eres y serás.

Éramos las dos últimas personas que nos hubiéramos juntado, pero la física intervino y nos atrajo con la fuerza de dos polos opuestos. Eres lo que nunca esperé, no cuando sentía que me faltaba vivir tanto, más sin embargo te convertiste en mi presente y deseaba nuestro futuro. Serás el mejor regalo de la vida, ese que me despertó una felicidad accidental, un nuevo estado del cual no quería escapar. No se suponía que era el tiempo para encontrarnos, pero ahí estuvimos, mirándonos a los ojos y jurándonos amor eterno, sin saber que el destino ya nos tenía fecha de vencimiento. Para ser una desafortunada, tuve suerte de disfrutarte en esta vida. Ahora solo me queda el anhelo de poder encontrarte en otra vida, en otro momento y por fin sumergirnos en una historia que le dará inicio a otra vida.