Ir al contenido principal

Viajes inesperados.

Hoy. Después de mucho tiempo decidí hacerlo, emprendí un viaje sin rumbo definido, simplemente me dirigía a cualquier lugar, ese el que todos decían que se aliviaban las cargas.

Tomé un colectivo sin fijarme en su recorrido, me senté en el puesto de siempre, solo habían 4 testigos de mi soledad, cada uno sumergido en su tiempo muerto.
Cada vez que subía un testigo nuevo, inspeccionaba hasta su alma, con el anhelo de encontrar que alguno de estos me acompañara en el recorrido. Todo esto se iba cuando los veía bajar del colectivo con convicción, a un lugar fijo, seguro, en donde alguien probablemente los estaría esperando.

Cuando no quedó ni un solo testigo, tomé el valor de hacerlo, sin pensarlo toqué el timbre y con la vista perdida toque tierra. No sabía hacía donde caminaba, solo obedecía a mis piernas.

En un momento todo se detuvo y me encontraba ahí. Sin alzar la mirada sabía que me estaba esperando para tomar mi mano y llevarme de nuevo a casa.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Vaivén

Irreverente, insaciable, impredecible. Algunos días se levanta azul, otros cristalino, y a veces se hace el verdoso. Baila al ritmo del viento, mientras le saca espuma a la costa. Y cuando el sol se arropa con él,  la luna sale para brillar ante su grandeza.

Suspiro

Respiro, suspiro y me alivio, esto solo dura unas cuantas horas. Me ilusiono con que al levantarme todo haya pasado. Pero él siempre ha estado ahí, invisible, intocable y a la espera.

Éramos, eres y serás.

Éramos las dos últimas personas que nos hubiéramos juntado, pero la física intervino y nos atrajo con la fuerza de dos polos opuestos. Eres lo que nunca esperé, no cuando sentía que me faltaba vivir tanto, más sin embargo te convertiste en mi presente y deseaba nuestro futuro. Serás el mejor regalo de la vida, ese que me despertó una felicidad accidental, un nuevo estado del cual no quería escapar. No se suponía que era el tiempo para encontrarnos, pero ahí estuvimos, mirándonos a los ojos y jurándonos amor eterno, sin saber que el destino ya nos tenía fecha de vencimiento. Para ser una desafortunada, tuve suerte de disfrutarte en esta vida. Ahora solo me queda el anhelo de poder encontrarte en otra vida, en otro momento y por fin sumergirnos en una historia que le dará inicio a otra vida.