Ese sonido podía
detectarlo a kilómetros,
él ya sabía que
venía,
salió corriendo
de su casa sin darse cuenta de que sus pies ya iban negros.
Se paró en la
esquina,
pasaron 5
minutos, después 10 y al minuto 15 lo tenía al frente.
Justo cuando se
decidió por el helado de vainilla, se acordó que dejó el dinero en su mesita de
noche.
Comentarios
Publicar un comentario