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FESP

¿Qué es FESP? Es un festival de publicidad que realiza la Fundación Universitaria San Martín de Bogotá anualmente, en donde los estudiantes de la carrera de mercadeo y publicidad, pueden participar abiertamente, inscribiéndose en la categoría correspondiente. Cada año los FESP manejan una temática diferente, se manejan varios pre-eventos que motivan a los estudiantes a inscribir sus piezas.
Cada categoría tiene un cliente real, se manejan rangos de un mismo nivel como: De primer a tercer semestre, cuarto a sexto semestre, séptimo a noveno semestre, egresados y finaliza con la categoría de exteriores, en donde publicistas de otras universidades pueden participar.
Lo único que se necesita para participar en los FESP, son ganas y por supuesto la inscripción, el valor varía cada año.
Se estipula una fecha para la premiación, donde se ha venido realizando en algún bar de Bogotá, pero realmente, ¿Este escenario se presta para una verdadera premiación? Creo que la respuesta es no, se han visto casos en donde los estudiantes ganadores, reciben su premio bajo un estado de alcohol notorio, donde lo único que pueden decir son "bobadas".
Un evento como los FESP sirve de algo para el estudiante (?), ayuda a formar criterios, desarrolla y refuerza la "creatividad", logra crear contactos. La gracia de estos festivales es participar con iniciativa y no por obligación, es un evento para aprovechar al máximo, obteniendo como "autopremio" el gran FESP (es como un baloto, el premio mayor). 



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Vaivén

Irreverente, insaciable, impredecible. Algunos días se levanta azul, otros cristalino, y a veces se hace el verdoso. Baila al ritmo del viento, mientras le saca espuma a la costa. Y cuando el sol se arropa con él,  la luna sale para brillar ante su grandeza.

Sin aliento

Respiró  hondo, se llenó de valentía y pidió el ascensor. El sudor surgía al ritmo de su corazón. Subía el ascensor, también la adrenalina. Se detuvo en frente del 402, sus manos temblaban. Seguía ensayando en voz baja cómo le diría que la amaba. Timbró la primera vez, nada pasó. Lo hizo de nuevo, y de nuevo, nada. La tercera es la vencida y justo antes de presionar el botón, un vecino que llegaba de pasear a su perro le quitó el aliento. Hace una semana ella se había mudado.

Me acostumbré

Me acostumbré a levantarme en las mañanas y saber que estás a mi lado, me acostumbré al olor que dejas en mis almohadas, me acostumbré a tener en las mañanas alguien a quien darle los buenos días, me acostumbré a sentir la necesidad de quererte, me acostumbré a suspirar sin darme cuenta. Decían que se necesitaba 21 días para adquirir un hábito, pero nunca me dijeron que en 21 días uno podía acostumbrarse a querer tanto a alguien.