El día que se perdió el amor, salí a las calles a buscarlo.
Ese mismo día, le pregunté a todos mis amigos por su paradero, incluso a mi familia.
Pegué carteles y envié cadenas por WhatsApp.
Al cabo de una semana, alguien tocó mi puerta.
Ese hombre no sabía de su paradero, pero en su mirada volví a encontrar el amor.
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